“La tierra y el cielo, los bosques y los campos, los lagos y los ríos, la montaña y el mar, son excelentes maestros y nos enseñan más de lo que podemos aprender de los libros”.
– John Lubbock
Todos sabemos que la naturaleza no necesita a la gente. La gente necesita la naturaleza. ¿Cierto? Debemos entender que hay aspectos de cómo evoluciona nuestro planeta que están totalmente fuera de nuestro control. Pero hay cosas que podemos gestionar, controlar y hacer de manera responsable que nos permitirán a nosotros y al planeta evolucionar juntos.
A través de la pandemia global, nos hemos dado cuenta de que el alma de la naturaleza está más viva que nunca y nos ha dejado un mensaje muy claro.
La mejor manera de cultivar una conexión más profunda con la naturaleza es involucrarse más con ella. La naturaleza nos da sus regalos gratis y somos recompensados con un respeto más profundo por el mundo y por los que están en él. Un paseo por la naturaleza puede hacer fluir la creatividad, ayudarte a despejar la mente o darte una muy necesaria sensación de paz interior.
Foto por: @mordorable
Si vemos el viaje desde la perspectiva de la plena conciencia y el contacto con la naturaleza, encontraremos una experiencia que nos permite redescubrirnos y volver a la fuente siendo más “nosotros”, sintiéndonos mejor, con energía renovada.
No somos parte de este gran y hermoso planeta para ser sólo espectadores, sino para dejar que nos lleve a nuevas alturas, tener nuevas experiencias de aprendizaje y, en última instancia, ayudarnos a ser mejores seres humanos.